LA BRASSA BAND ESTARÁ EN BLUES BÉJAR 2011 !!!!

PASACALLES !!!!
LA BRASSA BAND ESTARÁ POR LAS CALLES DE BÉJAR EN EL FESTIVAL DE BLUES !!!











¿QUÉ ES LA BRASSA BAND?


¿Una macedonia de ritmos?
¿Un revuelto de corcheas?
¿Una paleta de aromas?
¿Un arco iris de metales?
¿Siete hombres y una vespino?
¿Una banda de bodas, entierros y melopeas?
¿Una fanfarria de verbena?
Nos alegra hacer estas preguntas. La respuesta está en los vientos, Los vientos de la BRASSA BAND.



Corre el año Mil novecientos noventa y seis. O siete. Nace la Brassa Band. Para ser más exactos, rompe aguas y ve la luz, la de las farolas, en la madrileña calle del Águila, al calor de una verbena por el barrio viejo. Entre cerveza y cerveza, en plena rue, la banda comienza a sembrar el terror en el respetable. Sin ánimo de lucro, pero con ánimo, de animar. En los años siguientes amplían su radio de acción a diversos callejones y plazas, contra viento y madera. También se patean el circuito de bares, donde va creciendo un repertorio ecléctico y sin parar; tocando también en festivales, fiestas, convenciones, pasacalles y otros eventos. Tras mucha calle y muchas salas de concierto, la banda graba su primer disco, titulado, en un alarde de inventiva “La Brassa Band”. Era el año Dos mil. El disco se agota rápidamente y agota también a sus seguidores. En el siguiente lustro, el ritmo de actuaciones continúa sin parar. Excepto cuando se para. En el año Dos mil seis, en el paroxismo de la productividad discográfica, la banda graba el clásico “Tiger Rag”. Quedan exhaustos. La canción es incluida en el recopilatorio de artistas callejeros “Las Noches Bárbaras”. Llega el Dos mil ocho, y para escarnio de incrédulos, la banda graba un nuevo disco. Nadie les llamó. Pero han vuelto. Es tiempo de La Brassa Band.

La Brassa Band ha vuelto para dar una vuelta. La vuelta al mundo en ochenta minutos. Y algún bis. La Brassa Band ofrece un viaje por las músicas de diferentes culturas del mundo. Un mosaico de colores y sonidos dispares y a la vez hermanos.Un paseo por nubes redondas, blancas, negras y corcheas.Comenzamos en Nueva Orleáns, la cuna del Jazz, al calor de canciones sin fecha de caducidad como “Tiger Rag”, “Struttin with some barbecue” o “Bourbon street parade”.

Cuando era un chaval al Jazz le llamaron Dixie. Metales que se entrelazan y ritmos trepidantes… y el gran Louis Armstrong, como su figura más representativa. De él interpretamos “Black and blue” o el tradicional “Saint James infirmary”.Y en globo nos marchamos a África, donde nacen casi todas las músicas. Interpretamos “Colonial mentality” de Fela Kuti, el creador del Afrobeat y “African market place”. Seguimos volando, por el Atlántico, hacía Brasil “Pelo telefone” y el clásico “Brasil” suenan siempre frescas. Con sabor cubano llegan “En el lado soleado de la calle” y “Mis zapatitos azules”.De Cuba hacía a Europa, a los Balcanes. “Nicoleta” y “Agonija” nos acercan a los sonidos de las fanfarrias gitanas. Y ya que estamos por el viejo continente, bajamos a Alemania. “Canción de Mandalay” de Kurt Weill, estalla como fuegos artificiales.

Un poco más abajo, en Italia, nos dejamos mecer por “Buona sera” y la tarantela “Angelina” del inimitable Louis Prima. Y antes de regresar donde comenzamos nuestro viaje en globo, hacemos una paradita en Jamaica, donde nació el Ska, suena “From Russia with love” a ritmo sincopado y una versión reggae del inmortal “When the Saints go marchin ́in”. De vuelta a Nueva Orleáns. Con otros tempos que aún no habían sonado por estos lares. “Give it up”, la fiesta de “L’il Liza jane” (con coros del respetable), el second line de “Do wactha wanna” o el funk de “Charlie Dozen” de la Dirty Dozen.

Eso es todo. La vuelta al mundo en ochenta minutos. Y algún bis.




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