Al rescate de los talentos olvidados del 'blues' y jazz



Fernando Navarro.
elpais.com

Con sus gafas a medio caer, Ardie Dean señala a la puerta, donde sus compañeros se ríen a carcajadas con los instrumentos a cuestas. "¿Los ves? Son auténticos", asegura. En la calle luce el sol de primavera y todos parecen encantados. Incluso el pequeño Eddie Tigner, que a sus 84 años se mueve lento, sin molestar, pero enseñando en todo momento una sonrisa entrañable. "Eddie es muy bueno. Un gran pianista", afirma Dean. No hay dudas: basta escuchar su canción Route 66 para captar que su destreza a las teclas, adquirida en el Ejército durante la II Guerra Mundial, y perfeccionada en sus años con Elmore James, solo puede ser superada por su amabilidad anciana.

Tanto Tigner como Dean forman parte de la banda actual de Music Maker Relief Foundation, una organización estadounidense fundada en 1994 que ha rescatado a cientos de músicos de blues, y otros géneros como el gospel, el folk o el jazz, olvidados por la industria e incluso la vida -muchos están por debajo del umbral de la pobreza- para darles la oportunidad de vivir mientras graban discos y recorren medio mundo difundiendo la tradición musical estadounidense. "El blues está en las raíces y tenemos que conservarlo", explica Dean, baterista y único blanco de un grupo negro formado por la poderosa voz de Pat Cohen o las 12 cuerdas de Dr. G. B. Burt, que se inspira en la obra del maestro Leadbelly. "Nuestro objetivo es preservar una parte de la cultura estadounidense que se desvanece", añade.

Los actuales integrantes de la banda de Music Maker Relief Foundation, de gira por España, presentan su último disco, Blues Revue (Karonte), que planea en la variedad por el blues de Chicago, Alabama o Georgia. "El blues del sur tiene algo más de alma. Viene de la tradición musical de muchos esclavos durante muchos años", explica Dean. "El blues del norte tiene más en cuenta los instrumentos".

La fundación está respaldada económicamente por estrellas como B. B. King, Jackson Browne, Mick Jagger, Pete Townshend o Levon Helm. También por actores como Morgan Freeman. Según Dean, todos ayudan porque creen en la música de raíces como elemento cultural. "Nos preocupa la escena tan pequeña en la que ha quedado el blues, especialmente en Estados Unidos. Porque hay muchas distracciones para los adolescentes y no pueden conocer este género, el jazz o el rock clásico", señala este baterista que tiene como mayor referente a Howlin' Wolf, aunque "todos los pioneros del sur son fundamentales".

En un mercado saturado de propuestas es muy difícil encontrar músicos que hablen de blues. "El dinero es la respuesta", dice Dean. "Ya no se tiene en cuenta el blues porque no da dinero".

Pero, tantos años después, la música de Robert Johnson tiene algo que otras no tienen. "El blues es la mejor forma de expresar la tristeza aunque también es vida y la vida a veces es feliz, divertida...", explica el músico, que sentencia: "Es la verdad". Entonces, ¿y la mentira? "El pop actual. Solo quiere dinero".

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